Don Julián Valcárcel de Alizaga fue nombrado embajador de México en París en 1897. A los pocos días de su nombramiento y ya instalado en la capital francesa, organizó una fiesta de presentación en la embajada a la que invitó al resto de diplomáticos y a diversos miembros de la clase política gala. Según explicó días después el novísimo embajador mexicano en una entrevista concedida a un periódico , esto fue lo que sucedió durante la celebración.
"Antes de dar por comenzada la cena, me puse en pie para dar un pequeño discurso de agradecimiento a todos los asistentes y ponderar la enorme hospitalidad del pueblo francés. No bien había comenzado cuando el embajador sueco se puso a su vez en pie y se acercó a mí con paso vacilante. Estaba muy pálido y bañado en sudor. Cuando llegó a donde yo estaba, se dirigió a mí con unos murmullos (puede que en sueco, no estoy seguro), metió una mano en un bolsillo, me cogió una de las mías, depositó algo en mi palma y me cerró los dedos. Seguidamente comenzó a lanzar alaridos como un poseso y se dirigió corriendo hacia la salida. Comprobé que lo que yo tenía en mi mano era un huevo duro."
A Thorsten Nojd lo encontraron muerto en un callejón cercano a la embajada de México. Se había disparado en la cabeza. Tenía 32 años y estaba soltero. Nadie, jamás, pudo ofrecer una explicación de lo sucedido durante la recepción del embajador mexicano.
"Antes de dar por comenzada la cena, me puse en pie para dar un pequeño discurso de agradecimiento a todos los asistentes y ponderar la enorme hospitalidad del pueblo francés. No bien había comenzado cuando el embajador sueco se puso a su vez en pie y se acercó a mí con paso vacilante. Estaba muy pálido y bañado en sudor. Cuando llegó a donde yo estaba, se dirigió a mí con unos murmullos (puede que en sueco, no estoy seguro), metió una mano en un bolsillo, me cogió una de las mías, depositó algo en mi palma y me cerró los dedos. Seguidamente comenzó a lanzar alaridos como un poseso y se dirigió corriendo hacia la salida. Comprobé que lo que yo tenía en mi mano era un huevo duro."
A Thorsten Nojd lo encontraron muerto en un callejón cercano a la embajada de México. Se había disparado en la cabeza. Tenía 32 años y estaba soltero. Nadie, jamás, pudo ofrecer una explicación de lo sucedido durante la recepción del embajador mexicano.
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