

De este modo, Stöll desarrollaría una confusa hipótesis sobre la procedencia de aquel culto inusitado. En sus notas, Stöll recupera la ancestral creencia según la cual la serpiente era e
l guardián de la ciencia simbolizada en la naturaleza (y más concretamente en el árbol según otras culturas). Pero los habitantes de aquella aldea no presentaban rasgos agricultores, dedicados a la caza y el ganado. Tal vez el ídolo-reptil provenía de las migraciones protoarias del continente asiático que adoraban a otro ser magnífico, el Draco, que en el Talmud es un demonio y en la Biblia un reptil. Veneradores de la serpiente eran los arameos gnósticos, y la diosa madre de los escitas mostraba un torso del mismo animal. Son también serpientes las que hallamos tirando junto a leones del car
ro de Deméter, en una vasija de Cnosos; asimismo, no es casualidad que una serpiente enrosque el brazo de Isis, o que sea el agatodemo protector de los secretos mistéricos. Encarnado en serpiente Zeus dejó preñada a Perséfone de un niño cornudo, Dyonisos, que tras adoptar la forma de un toro sería despedazado por los Titanes. La serpiente Kundalai de los vedas, rectora del tiempo y el espacio, de las rotaciones universales, y ya fuere como dragón o serpiente, manantial de innumerables cultos y creencias. En el Egipto más inveterado, dos divinidades ostentaron los rasgos de la bestia sinuosa, sendero del desierto. Una fue Remenuete o Thermuthis, diosa benéfica que representaba la abundancia y las cosechas; la otra sería el reverso oscuro o masculino, Set-Baal, icono infernal de una secta cruel, los setitas, que ofrendaban hombres y ritos abominables…


Stöll comprendió demasiado tarde el fatal trasfondo que sobre él se cernía, y faltó poco para que sus anfitriones lo atrapasen al caer la noche del tercer día, en el interior de la cabaña que ellos mismos habían dispuesto para él. Stöll no lo sabía, pero aquella cabaña debía ser su última morada, y aún pudo ver mientras escapaba los preparativos para una pira funeraria.
Henrich Stöll fue galardonado cuatro años más tarde con el Premio Internacional de Exploraciones Von Humboldt. Murió en 1949, según nos cuentan sus biógrafos, a causa de una picadura de serpiente en el transcurso de una expedición a la selva del Orinoco. ©

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